sábado, 16 de junio de 2012

Como te imaxinas na USC?

   ¡Hola a todos de nuevo! Os comunico a todos los dos hechos más relevantes de mi vida en estos últimos días. En primer lugar, ayer salieron las calificaciones de selectividad de Galicia y mi nota supera con creces mis expectativas, con lo que estoy más que contento y deseoso de empezar con fuerza el que promete ser uno de los mejores veranos de mi vida.
   En segundo lugar, esta mañana aparecí en el periódico El Correo Gallego. Esto se debe a que obtuve el segundo premio en el concurso de relatos cortos "Como te imaxinas na USC?" (aclaración: la USC es la Universidad de Santiago de Compostela). A pesar de que creo que no es, ni de lejos, uno de mis mejores trabajos, estoy muy contento con el reconocimiento, y felicito a Ana Fandiño, la compañera que ha conseguido el primer premio. Aquí os dejo un enlace con la noticia virtual ya que, aunque en el propio periódico luce mucho más, no puedo ofreceros otra cosa: http://www.elcorreogallego.es/santiago/ecg/dos-alumnos-rosalia-ganan-concurso-imaginas-usc/idEdicion-2012-06-16/idNoticia-751604/.
   Debido a esto, actualizo hoy con un fragmente de ese relato con el que he conseguido el segundo premio. ¡Espero que os guste! Incluyo como siempre la traducción después del cuadro, que en esta ocasión, aunque no está relacionado con el texto, es El caminando sobre el mar de nubes, de Caspar Friedrich, por petición de un seguidor de twitter, @Rider_Fox. Disfrutadlo.



   En fin, cheguei a ese sitio que todos chaman “Facultade” (non direi ningunha concreta, non me gusta cortar as ás aos lectores, que ao fin e ao cabo son como paxaros que exploran o ceo do meu relato que, se ben non aporta nada novo, nace do meu desexo de plasmar o acontecido e liberarme. Como toda arte, supoño). Unha morea de xente colapsaba a entrada, e eu decidín agardar nunha marxe. Non tiña ganas de mareas humanas esa mañá, o soño deixárame exhausto.
   Pero o meu intento de marxinación, moi característico mecanismo de defensa do típico rapaz inseguro, non tivo un efecto demasiado satisfactorio. Non tanto como me gustaría. Unha rapaza moi branquiña, tanto que se lle vían as venas a través da pel, que parecía tan fácil de quebrar, achegouse a min. Puiden comprobar, cando por fin a tiven cara a cara, que tiña unhas faccións sorprendentemente doces e fráxiles. É desas persoas que aínda hoxe a vexo e me deixa abraiado, desas que che dan ganas de collela entre as mans con moito coidado para non rompela e protexela de toda posible agresión externa. “Que fazula tan perfecta tes”, pensei en alto. Si, en alto. A moza escachou a rir, non era para menos! Por sorte, caínlle simpático parece ser, así que conseguín o que inconscientemente quería: integrarme sen que iso supuxera ningún tipo de esforzo emocional. Un non pode loitar contra o que é.


Traducción al castellano:

   En fin, llegué a ese sitio que todos llaman “Facultad” (no diré ninguna concreta, no me gusta cortar las alas a los lectores, que al fin y al cabo son como pájaros que exploran el cielo de mi relato que, si bien no aporta nada nuevo, nace de mi deseo de plasmar lo sucedido y liberarme. Como toda arte, supongo). Un tumulto de gente colapsaba la entrada, y yo decidí esperar al margen. No tenía ganas de mareas humanas esa mañana, el sueño me había dejado exhausto.
   Pero mi intento de marginación, muy característico mecanismo de defensa del típico chico inseguro, no tuvo un efecto demasiado satisfactorio. No tanto como me gustaría. Una muchacha muy blanquita, tanto que se le veían las venas a través de la piel, que parecía tan fácil de quebrar, se acercó a mí. Pude comprobar, cuando por fin la tuve cara a cara, que tenía unas facciones soprendentemente dulces y frágiles. Es de esas personas que aún hoy la veo y me deja anonadado, de esas que te dan ganas de cogerla entre las manos con mucho cuidado para no romperla y protegerla de toda posible agresión externa. “Que cara tan perfecta tienes”, pensé en alto. Sí, en alto. La chica rompió a reír, ¡no era para menos! Por suerte, le caí simpático parece ser, así que conseguí lo que inconscientemente quería: integrarme sin que eso supusiera ningún tipo de esfuerzo emocional. Uno no puede luchar contra lo que es.

"La soledad engendra lo original, lo atrevido, 
y lo extraordinariamente bello, la poesía. 
Pero engendra también lo desagradable, 
lo inoportuno, absurdo e inadecuado".
 (Thomas Mann)

Sebastián Blanco Portals

No hay comentarios:

Publicar un comentario